Brasil: el papel que puede jugar la masonería en la segunda vuelta
MUNDO
RUMBO AL BALOTAJE
Brasil: el papel que puede jugar la masonería en la segunda vuelta
Imágenes de Bolsonaro y el vicepresidente Hamilton Morão con miembros de la masonería esmerilan el apoyo evangélico.
09/10/2022
Sin respiro, se reinicia la campaña electoral de cara al balotaje entre Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Messias Bolsonaro. Si bien los primeros sondeos muestran una ventaja del líder petista, el ultraderechista apela a todos los poderes fácticos para revertir el resultado, dejando un electrizante final abierto.
El poder de Bolsonaro se apoya esencialmente en los agronegocios, los militares, referentes evangélicos con sus recursos económicos y mediáticos, incluso, el discreto apoyo de redes masónicas. De hecho, un video que expuso el vínculo de Bolsonaro con la masonería generó un rechazo en su electorado, que es mayoritariamente refractario a cierta visión laica o anticlerical, más allá de que las corrientes que lo apoyan son tradicionalistas y conservadoras.
Si bien salieron algunos memes mostrando a un Bolsonaro junto con masones contrapuesto a Lula al lado del papa Francisco, la divisoria de aguas es más compleja, porque existen también masones que apoyan al petista. Y si bien la Iglesia Católica excomulga a miembros de la masonería, muchos feligreses del Vaticano pertenecen secretamente a la organización.
La participación de la masonería en la política es poco estudiada por la historiografía y ciencia política académica, a pesar del vínculo y pertenencia de próceres y figuras relevantes. Así como existen investigaciones sobre religión y política, reflexionar sobre el rol de la institución de la escuadra y el compás resulta relevante para comprender los procesos políticos de América Latina, desde la emancipación hasta la actualidad. Más si tenemos presente que varios mandatarios han sido iniciados, como Salvador Allende en Chile; Juan Domingo Perón en Argentina; Tabaré Vázquez en Uruguay; o Hugo Chávez en Venezuela, entre otros.
En Brasil, la presencia masónica es relevante desde la Independencia. De hecho, la presión para que Pedro I se quede y rompa los vínculos con Portugal tuvo como protagonistas a masones en sus dos corrientes, la republicana de Gonçales Ledo y la monárquica constitucional de José Bonifacio, quien será el poder detrás del régimen, ocupando incluso la Regencia de Pedro II durante el período 1831-1833.
Recientemente cobró un protagonismo inusitado durante el impeachment de Dilma Rousseff, porque fueron el epicentro del armado del bloque parlamentario que instauró a Michel Temer en su relevo, un confesado miembro grado 33° de la masonería. Y si bien el accionar tuvo la discreción que los caracteriza, fue muy claro su rol cuando varios diputados y senadores votaban a favor de la destitución invocando al Gran Arquitecto del Universo, figura simbólica del Ser creador y superior en el que basan su conducta.
En un acto protocolar el 5 de noviembre de 2018, la reunión nacional de las 27 Grandes Logias Regionales del Gran Oriente de Brasil le solicitó al presidente electo, en ese momento Jair Bolsonaro, combatir la corrupción. De hecho, el Diario Masónico describe la participación de masones en el gobierno del excapitán del Ejército, siendo la más destacada la pertenencia pública de su vicepresidente Hamilton Morão.
Cabe señalar que institucionalmente las asociaciones masónicas no pueden tomar postura partidaria, pero sí lo hacen sus miembros. Al respecto, el Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo de la Masonería Filosófica de Brasil, Marivaldo da Cruz Sales 33°, sostuvo a Tiempo que «cualquier presidente de la República es libre de visitar nuestros templos, sea este de izquierda o derecha» y presentó una aclaración pública donde afirma que «detractores de la masonería intentan influenciar en el segmento cristiano, principalmente el evangélico y católico, abusando de mentiras escabrosas, villanas y distorsionadas maliciosamente, con el puro objetivo de influenciar el resultado del segundo turno de las elecciones del próximo 30 de octubre».
Lo cierto es que la pertenencia de Jair Bolsonaro a la masonería le podría generar un traspié electoral en un escenario que se disputa voto a voto, por lo que intentará mantener el tema en la discreción que lo caracteriza y ahora necesita.
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