Una década de frente amplismo
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29 de Noviembre de 2014
Nuevo Uruguay
Una década de frenteamplismo
La principal carta de presentación que tiene el Frente Amplio es su performance económica, que logró superar la crisis del 2002, producida por el coletazo del derrumbe argentino, y que a la fecha presenta tasas de crecimiento del 5,5% anual promedio desde 2006 al 2013 según el Banco Mundial. Además, este crecimiento fue acompañado de una fuerte redistribución de la riqueza. Como ejemplo, el índice de Gini se redujo a un promedio de 0,3% anual pasando de 0,45% en 2004 a 0,38 en la actualidad. A su vez, en 2004 el decil de mayor ingreso era 19 veces al de menores ingresos, en tanto que hoy es de 11,8. Concomitantemente el desempeño económico impactó fuertemente en el mercado de trabajo, que hoy registra los niveles de desempleo más bajos de la historia de Uruguay. Además, la expansión económica, acompañada de políticas de inclusión, logró una fuerte reducción de la pobreza, que pasó del 39,9% en 2004 a 11,5% en 2013, mientras que la indigencia pasó del 4,7% al 0,5%.
Como políticas de inclusión podemos citar la instalación en 2008 de los Consejos de Salarios que restableció instancias de negociación colectiva teniendo al Estado como mediador y favoreciendo la mejora del poder adquisitivo del salario. En tanto que el Panes (Plan de Atención Nacional a la Emergencia Social), que durante 2006 alcanzó a cubrir a 400 mil personas, en una población de 3,4 millones de habitantes, se transformó en el Plan de Equidad, que fija un monto fijo por niño que concurra al sistema educativo formal y se establece como un derecho a partir de ser política social estable y permanente.
Otro logro del Frente Amplio fue reconstruir el Estado desde su perfil social. A partir de 2007, se impulsan diferentes reformas, como la tributaria, de salud, el Plan Equidad, el Plan Ceibal (que entrega una notebook a cada niño) y desarrollo del Uruguay productivo. A su vez se encaró una reforma administrativa del Estado que se basó en una política de recursos humanos centrada en la meritocracia, y propiciando espacios de participación ciudadana y la descentralización de los recursos públicos.
De tomar algunas políticas por fuera de lo económico, se puede citar la de derechos humanos, especialmente a partir de 2006, cuando se encuentran restos de desaparecidos y se procesa y sentencia a Bordaberry, su canciller Blanco y varios militares y policías que habían cometido crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura. Estas condenas se basan en una reinterpretación de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado de 1986, la cual anmistiaba a los militares, que permitió al poder ejecutivo determinar los casos que estarían amparados por la ley. Así, el Frente Amplio impulsó un plebiscito por la anulación, y aunque logra su ejecución durante la elección del 2009, termina imponiéndose el no a la anulación por el 52% de los votos.
Quedan desafíos a encarar, porque si bien la integración regional favoreció el crecimiento, también existe una fuerte penetración económica, especialmente de los capitales brasileños. Ante esta situación, Uruguay apela a abrir sus relaciones, con puentes hacia Estados Unidos, o a aceptar condicionamientos extractivos como las empresas pasteras. En ese sentido, representando también un mensaje a los países hegemónicos de la región, será necesario ayudar a este país para que no se convierta en un PIGS del Mercosur.
Como políticas de inclusión podemos citar la instalación en 2008 de los Consejos de Salarios que restableció instancias de negociación colectiva teniendo al Estado como mediador y favoreciendo la mejora del poder adquisitivo del salario. En tanto que el Panes (Plan de Atención Nacional a la Emergencia Social), que durante 2006 alcanzó a cubrir a 400 mil personas, en una población de 3,4 millones de habitantes, se transformó en el Plan de Equidad, que fija un monto fijo por niño que concurra al sistema educativo formal y se establece como un derecho a partir de ser política social estable y permanente.
Otro logro del Frente Amplio fue reconstruir el Estado desde su perfil social. A partir de 2007, se impulsan diferentes reformas, como la tributaria, de salud, el Plan Equidad, el Plan Ceibal (que entrega una notebook a cada niño) y desarrollo del Uruguay productivo. A su vez se encaró una reforma administrativa del Estado que se basó en una política de recursos humanos centrada en la meritocracia, y propiciando espacios de participación ciudadana y la descentralización de los recursos públicos.
De tomar algunas políticas por fuera de lo económico, se puede citar la de derechos humanos, especialmente a partir de 2006, cuando se encuentran restos de desaparecidos y se procesa y sentencia a Bordaberry, su canciller Blanco y varios militares y policías que habían cometido crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura. Estas condenas se basan en una reinterpretación de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado de 1986, la cual anmistiaba a los militares, que permitió al poder ejecutivo determinar los casos que estarían amparados por la ley. Así, el Frente Amplio impulsó un plebiscito por la anulación, y aunque logra su ejecución durante la elección del 2009, termina imponiéndose el no a la anulación por el 52% de los votos.
Quedan desafíos a encarar, porque si bien la integración regional favoreció el crecimiento, también existe una fuerte penetración económica, especialmente de los capitales brasileños. Ante esta situación, Uruguay apela a abrir sus relaciones, con puentes hacia Estados Unidos, o a aceptar condicionamientos extractivos como las empresas pasteras. En ese sentido, representando también un mensaje a los países hegemónicos de la región, será necesario ayudar a este país para que no se convierta en un PIGS del Mercosur.
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