Brasil no logra salir de su dependencia. Entrevista a Gonzalo Rojas.
Brasil no logra salir de su dependencia
Entrevista a Gonzalo Rojas
Profesor e investigador de la Universidad Federal de Campina Grande -Paraíba
“Inserto en la academia
brasileña, estudia los límites estructurales de la inserción internacional de
un Brasil semi-colonial, afirma Rojas”
Los
gobiernos “posneoliberales” están buscando consolidar sus proyectos en este
mundo global. Desde una mirada crítica, Gonzalo Rojas, un estudioso de las
relaciones internacionales conversó con Tiempo
Argentino sobre los límites del desarrollo brasileño. Reside hace trece
años en Brasil. Politólogo argentino con doctorado en ciencia política por la
Universidad de San Pablo y pos doctorado por la Universidad Estadual de
Campinas. Actualmente es profesor en el programa de posgrado de la Universidad
Federal de Campina Grande (UFCG) en Paraíba.
¿El tema latinoamericano no es muy demandando en Brasil, te
costo insertarlo?
No
costo insertarlo porque tenes libertad de presentar los temas. En realidad, ese
menos interés es de las ciencias sociales en general, no de un programa o de
otro, existe ese problema, pero cada vez hay una mayor conciencia de tener que
estudiar América Latina, si bien son contenidos relativamente marginales en la
academia, si comparas con otros tipos de temas, instituciones políticas,
metodología cuantitativa o sistema de partidos; que son temas que rigen a la
ciencia política hegemónica, nosotros en el equipo de investigación Praxis nos posicionamos desde una
perspectiva contra hegemónica, por lo que discutimos teoría política o
coyuntura política latinoamericana y mundial.
¿Con qué enfoque abordan el tema?
Desde
el punto de vista de las relaciones internacionales, partimos de una lectura
gramsciana, que sostiene que la política internacional es expresión de las
relaciones de fuerza entre las clases y de la política de la clase dominante en
cada país manifestada en el plano mundial. Trabajamos con este punto de vista,
que no es el abordaje tradicional gramsciano de las relaciones internacionales,
ni el realismo conservador ni el basado en los Estados en la formación de un
“hegemon”. A partir de este marco de comprender las relaciones de fuerza en
cada país, utilizamos dos conceptos: “formación económica social” de Marx, para
estudiar cada país, y “desarrollo desigual y combinado” de Trosky. Nuestra
lectura de Gramsci es una lectura leninista.
¿Cómo se aplica eso?
Y en
el marco de ver a Brasil, podemos comenzar afirmando que no puede tener una
política interna regresiva y una política externa progresiva, que es uno de los
mitos cuando se habla de política internacional en Brasil. Donde podes ser
bueno afuera y adentro no tanto. Para nosotros existe una coherencia entre la
existencia de un modelo neoliberal, que continúa siendo hegemónico y que se
expresa en la autonomía del Banco Central, en el equilibrio macroeconómico,
pago de la deuda, la ocupación en Haití, con la política internacional de
Brasil. Porque si bien hubo un cambio al interior del modelo, donde un sector
de la burguesía interna asociada al capital internacional quedó con más fuerza
con más poder que en la era de Fernando Henrique Cardoso, se mantiene la base
macroeconómica, y ahora se da más peso al Estado, pero para garantizar el
desarrollo de las empresas brasileñas en el plano mundial. Porque la política
de Brasil es fortalecer a través del BNDES (Banco Nacional de Desarrollo) a las
grandes empresas brasileñas para que actúen en el plano internacional.
Tal como les decía Lula, anímense a ser trasnacionales
Si
pero con la plata de BNDES. Que en realidad vos tenes un discurso
neodesarrollista que oculta las dificultades estructurales de un país
semi-colonial, que es algo que nadie dice. Porque el discurso aparece como neodesarrollista
pro eso no tiene relación con una cuestión estructural, donde Brasil se
presenta como un país muy rico en recursos naturales, con una cierta
estabilidad política, al menos hasta las movilizaciones de junio del año
pasado, y este fomento a las empresas brasileñas para que sean “empresas
globales”, pero que pasa, es un mito esto que las economías de los países
emergentes irían a salvar al capitalismo de la crisis mundial, especialmente
desde el 2008 donde se toman a Brasil, India o Rusia, o sea que los BRICS como
salvadores del capitalismo. Hay un discurso neodesarrollista, que no hace un
balance de por qué el desarrollismo fracasó en América Latina y cómo el
neoliberalismo fue una respuesta, de derecha, contra la clase trabajadora, pero
fue una respuesta a la crisis del desarrollismo, y parece que porque tenes la
crisis capitalista mundial y del neoliberalismo podes volver a Keynes o hablar
de desarrollismo sin hacer un balance de por qué fracasó. Y fue por las propias
cuestiones estructurales de las burguesías internas por lo menos en nuestros
países.
¿A qué te referís con fracaso?
Es
que es imposible pensar un desarrollo capitalista autónomo brasileño por fuera
de los marcos del imperialismo. Hay una situación muy paradójica, Estados
Unidos es la principal fuerza militar, que tiene una crisis de hegemonía, pero
que no es una crisis de dominación, porque si bien ya no arenga a todos tan
fácil, nadie rompe mucho tampoco, porque nadie cuestiona la división
internacional del trabajo impuesta por el imperialismo, los BRICS no cuestionan
esta división. Se sueña con tratar de construir un capitalismo autónomo, pero
cuál es el problema, en la medida en que países como Brasil tratan de
construirlo, parecen olvidarse que entran a partir de sus recursos naturales y
con productos sin valor agregado, siendo desde el punto de vista tecnológico
una dependencia absoluta, desde el punto de vista cultural ni hablar, y desde
lo político también ya que no hay una ruptura con el imperialismo. Entonces se
da una situación en que se vive una nueva situación política pero lo que
tenemos un Brasil en América Latina con un discurso “neodesarrollista”,
tratando de ser líder regional, pero teniendo en cuenta que las características
de la inserción de Brasil en el mercado internacional capitalista, hace que sea
cada vez más dependiente. Entonces cual es la combinación, recursos naturales
con la tasa de interés que en los últimos años fue la más alta del mundo, y eso
hizo que los capitales que no tenían rendimiento en los países centrales entren
a Brasil, así vos tenes una sobrevalorización del real en ese contexto, donde
se beneficia a estas empresas brasileñas que con un dólar barato pueden ir a
competir en el mercado mundial capitalista, asociadas al Estado.
¿Cómo acompaña el Estado?
Y
esto lleva a la necesidad de acciones en política internacional de Brasil, te
doy un ejemplo, como es Haití, allí las principales empresas que están son de
capital brasileño. De hecho, el propio José Alencar, ex vicepresidente de Lula,
era un empresario que tenía negocios allí. Y lo que pasó con el Tipnis en
Bolivia, donde esta creación de infraestructura tiene como objetivo beneficiar
a la burguesía brasileña asociada a los grandes capitales imperialistas. Por
eso, esta combinación de factores hace, frente a lo mucho que se dice, que la
política internacional de Brasil no sea progresista en términos
internacionales, sino que es la expresión de las relaciones de fuerza de las
clases que existe en el país y que se proyecta.
¿Y cómo se relaciona Brasil con América Latina?
La
intención de Brasil en este momento es de presentarse como cabeza de una serie,
de América del Sur al menos, y eso lleva también a ciertos conflictos y ciertas
categorizaciones, mismo de autores críticos que puede ser mal interpretada. Hay
gente que dice que Brasil puede ser sub-imperialista, citando a Rui Mauro
Marini que es un intelectual del ala izquierda de la teoría de la dependencia.
La profesora Virginia Fontes, historiadora de Río de Janeiro, a quien admiro,
afirma que, Brasil es capital-imperialista, más que sub-imperialista. Es real
que en términos políticos como la forma en que aparece la defensa de los
intereses comerciales de Brasil frente a Paraguay, Uruguay o Bolivia, pero
según nuestra interpretación no podemos decir que Brasil tiene condiciones de
convertirse en sub-imperialista o capital-imperialista, sino que en realidad
expresa estos niveles de explotación y dominación porque es lo que precisa para
integrarse de mejor manera al mercado capitalista sin cuestionar la hegemonía.
¿Ni siquiera con una estrategia articulada en los BRICS?
De
los BRICS es de lo que más se habla en Brasil, pero es un espacio es muy
heterogéneo, no es lo mismo China y Rusia o que Brasil y la India. Porque una
cosa son los países de los “socialismos reales” que se incorporan al mercado
mundial, que serían países más claramente dependientes, pero en el caso de
Brasil detrás de todo esto se presenta una profunda dependencia y aparece como
un país típicamente semi-colonial, desde el punto de vista analítico, donde el
desarrollo desigual y combinado de Brasil hace que se encuentre un poco de lo
más moderno con cosas super atrasadas. En síntesis para los marxistas la
dependencia económica y la dependencia política son las características de los
países semi-coloniales como Brasil o Argentina, salvando las diferencias.
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