Un nuevo esquema electoral
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Domingo 11 de Mayo 2014 | 18:54 | 2,628 lectores conectados
LA CARRERA POR LA PRESIDENCIA
Un nuevo esquema electoral
Punto de vista. Por Ricardo Romero, politólogo de la Universidad de Buenos Aires.
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A menos de un mes de la elección presidencial pareciese afirmarse un escenario donde la senadora Cristina Fernández se consolida como continuadora de la era Kirchner.
Esta aseveración surge al analizar la estructura política del federalismo argentino. Si observamos su configuración, podemos delimitar tres grandes arenas de confrontación electoral: La primera, compuesta por los distritos provinciales; la segunda, integrada por los municipios del conurbano bonaerense; y la tercera, formada por los grandes centros urbanos.
Hasta la crisis del 2001, la tendencia bipartidista de la estructura política argentina se establecía a partir de un peronismo y radicalismo. En tanto que en los centros urbanos, donde también gravitaba el radicalismo, expresiones de centroizquierda o centroderecha, como el PI, la UCD, el Frente Grande, el ARI y por último, el PRO; destellaban esporádicamente su caudal electoral. La crisis de la UCR, reconfigura el esquema de juego. Con su derrumbe, las diversas corrientes del peronismo parecen marcar los destinos del país. Si vemos los candidatos del 2003, tres de ellos le rezaban a Perón (Kirchner, Menem y Saá). En tanto que en la confrontación de octubre de éste año, además de Cristina K, se suman Rodríguez Saá y Lavagna, también devotos del general.
Los ex radicales parecen diluirse detrás de éstos candidatos, Cobos y Morales, o probar suerte con remotas posibilidades, como López Murphy y Carrió. Presenciamos así una profunda dificultad para articular una propuesta de las fuerzas opositoras a nivel nacional.
De hecho, la crisis del radicalismo dejó a la estructura de la UCR con algunos gobernadores, que tienden buscar la concertación (de la coparticipación) y un puñado de intendentes que aún resisten la seducción K en Buenos Aires.
Lo que marca una virtual hegemonía política de Néstor Kirchner, casi sin oposición, debido a que las expresiones de centroizquierda o centroderecha no logran superar su base electoral en los centros urbanos, salvo los casos de Tierra del Fuego, Santa Fe o Neuquén que ganan las provincias, pero que no alcanza para una propuesta nacional, más cuando los votos de Fabiana Ríos y Hermes Binner no van en bloque a Carrió. (DyN)
Esta aseveración surge al analizar la estructura política del federalismo argentino. Si observamos su configuración, podemos delimitar tres grandes arenas de confrontación electoral: La primera, compuesta por los distritos provinciales; la segunda, integrada por los municipios del conurbano bonaerense; y la tercera, formada por los grandes centros urbanos.
Hasta la crisis del 2001, la tendencia bipartidista de la estructura política argentina se establecía a partir de un peronismo y radicalismo. En tanto que en los centros urbanos, donde también gravitaba el radicalismo, expresiones de centroizquierda o centroderecha, como el PI, la UCD, el Frente Grande, el ARI y por último, el PRO; destellaban esporádicamente su caudal electoral. La crisis de la UCR, reconfigura el esquema de juego. Con su derrumbe, las diversas corrientes del peronismo parecen marcar los destinos del país. Si vemos los candidatos del 2003, tres de ellos le rezaban a Perón (Kirchner, Menem y Saá). En tanto que en la confrontación de octubre de éste año, además de Cristina K, se suman Rodríguez Saá y Lavagna, también devotos del general.
Los ex radicales parecen diluirse detrás de éstos candidatos, Cobos y Morales, o probar suerte con remotas posibilidades, como López Murphy y Carrió. Presenciamos así una profunda dificultad para articular una propuesta de las fuerzas opositoras a nivel nacional.
De hecho, la crisis del radicalismo dejó a la estructura de la UCR con algunos gobernadores, que tienden buscar la concertación (de la coparticipación) y un puñado de intendentes que aún resisten la seducción K en Buenos Aires.
Lo que marca una virtual hegemonía política de Néstor Kirchner, casi sin oposición, debido a que las expresiones de centroizquierda o centroderecha no logran superar su base electoral en los centros urbanos, salvo los casos de Tierra del Fuego, Santa Fe o Neuquén que ganan las provincias, pero que no alcanza para una propuesta nacional, más cuando los votos de Fabiana Ríos y Hermes Binner no van en bloque a Carrió. (DyN)
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