jaque del partido de los trabajadores a josé serra
Por:
Ricardo Romero.
27.10.2012 | OPINIÓN
jaque del partido de los
trabajadores a josé serra
Con una victoria electoral de Fernando Haddad en San Pablo, Dilma Rousseff sacaría de carrera al principal referente de la oposición, el tucano José Serra, un candidato que había ganado esa intendencia en 2004, y que luego la dejó para ser gobernador en 2006, un cargo al que finalmente renunció para ser candidato a presidente en 2010.
Si como indican las encuestas, se impone el PT, Serra ya no podrá usar nuevamente a San Pablo como un trampolín político y quizás comience a pensar en su jubilación.
Una maniobra política pergeñada por Lula, que no sólo puso todo su apoyo al candidato petista, sino que utilizó toda su astucia política para lograr los apoyos necesarios para esta inminente victoria. Incluso, logró surfear la ola de sentencias que están recibiendo ex funcionarios de su gobierno, entre ellos su ex mano derecha José Dirceu, y logró desbaratar la instalación mediática del postulante de la Iglesia Universal, Celso Russomano, cuando la encuestadora IBOPE y la Data Folha lo daban como ganador.
Como la única verdad es la realidad, no sólo Haddad se instaló en la segunda vuelta, sino que ahora ya no pueden negar su posible victoria. Así, sería la tercera vez que el PT (Partido dos Trabalhadores) gobierne esta intendencia, que hoy tiene 20 millones de habitantes y 8,5 millones de electores. Lo hicieron Luiza Erundina en 1989-1992 y Marta Suplicy en 2000-2004. Pero ahora sería la primera vez que habría una correspondencia entre el gobierno local y el nacional, por lo que se estima una buena perspectiva de gestión.
No sería la única buena noticia para el PT de hoy domingo, porque lograría mantener una tendencia de crecimiento desde su formación, consolidándose como uno de los principales partidos de Brasil. Mientras su aliado, el PMDB (Partido Movimiento Democrático Brasileño) pasó en esta etapa de 1193 a 1023 intendencias y el opositor PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña) de 787 a 693; el oficialismo subió de 550 a 628. Además, fue el partido más votado a lo largo de Brasil, con una fuerte consolidación de su base aliada, contrapuesto al desplome de los demócratas (la derecha del ex PFL), partido que intenta ganar en Salvador, aunque en cerrara disputa con el PT.
Si bien la partida jugada por Dilma y Lula provoca casi un jaque mate a José Serra, para eso tuvo que sacrificar algunas piezas. Entre ellas la relación con un histórico aliado, el PSB (Partido Socialista Brasileño) que provocó su primer momento de tensión en San Pablo con la renuncia a acompañar a Haddad precisamente de Erundina, ex petista, por el apoyo recibido por la coalición del derechista Paulo Maluf. Ambos partidos se trenzaron fuerte en Belo Horizonte, donde ganó el socialista Lacerda. Como contrapartida, ahora el PT intenta ganarles en Fortaleza y Campinas, ciudades donde los petistas tuvieron el trago amargo de ver cómo Aecio Neves, virtual candidato tucano en 2014, participaba de actos del PSB.
Seguramente, son variables que tendrá presente Dilma Rousseff en una futura reorganización de gabinete, a partir del nuevo e intrincado tablero político de Brasil.
Una maniobra política pergeñada por Lula, que no sólo puso todo su apoyo al candidato petista, sino que utilizó toda su astucia política para lograr los apoyos necesarios para esta inminente victoria. Incluso, logró surfear la ola de sentencias que están recibiendo ex funcionarios de su gobierno, entre ellos su ex mano derecha José Dirceu, y logró desbaratar la instalación mediática del postulante de la Iglesia Universal, Celso Russomano, cuando la encuestadora IBOPE y la Data Folha lo daban como ganador.
Como la única verdad es la realidad, no sólo Haddad se instaló en la segunda vuelta, sino que ahora ya no pueden negar su posible victoria. Así, sería la tercera vez que el PT (Partido dos Trabalhadores) gobierne esta intendencia, que hoy tiene 20 millones de habitantes y 8,5 millones de electores. Lo hicieron Luiza Erundina en 1989-1992 y Marta Suplicy en 2000-2004. Pero ahora sería la primera vez que habría una correspondencia entre el gobierno local y el nacional, por lo que se estima una buena perspectiva de gestión.
No sería la única buena noticia para el PT de hoy domingo, porque lograría mantener una tendencia de crecimiento desde su formación, consolidándose como uno de los principales partidos de Brasil. Mientras su aliado, el PMDB (Partido Movimiento Democrático Brasileño) pasó en esta etapa de 1193 a 1023 intendencias y el opositor PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña) de 787 a 693; el oficialismo subió de 550 a 628. Además, fue el partido más votado a lo largo de Brasil, con una fuerte consolidación de su base aliada, contrapuesto al desplome de los demócratas (la derecha del ex PFL), partido que intenta ganar en Salvador, aunque en cerrara disputa con el PT.
Si bien la partida jugada por Dilma y Lula provoca casi un jaque mate a José Serra, para eso tuvo que sacrificar algunas piezas. Entre ellas la relación con un histórico aliado, el PSB (Partido Socialista Brasileño) que provocó su primer momento de tensión en San Pablo con la renuncia a acompañar a Haddad precisamente de Erundina, ex petista, por el apoyo recibido por la coalición del derechista Paulo Maluf. Ambos partidos se trenzaron fuerte en Belo Horizonte, donde ganó el socialista Lacerda. Como contrapartida, ahora el PT intenta ganarles en Fortaleza y Campinas, ciudades donde los petistas tuvieron el trago amargo de ver cómo Aecio Neves, virtual candidato tucano en 2014, participaba de actos del PSB.
Seguramente, son variables que tendrá presente Dilma Rousseff en una futura reorganización de gabinete, a partir del nuevo e intrincado tablero político de Brasil.
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