Una fuerza cuestionada por su pasado en la dictadura y con lazos en el “coronelismo”
Una fuerza cuestionada por su pasado en la dictadura y con lazos en el “coronelismo”
La huelga de los policías militares en Brasil
tiene un componente local y otro general. Por un lado, se da en un
estado que había sido bastión del “coronelismo” brasileño, Bahía. Donde
el último gobierno conservador de Antonio Carlos Magalhaes había
intentado recuperar una fuerza desprestigiada por sus acciones en la
dictadura (1964-1985) importando la política de “tolerancia cero”
aplicada en Nueva York. La nueva gestión del petista Jaques Wagner
incorporó nuevas prácticas democráticas en la conducción de las fuerzas
que alteran a los cuadros altos de las armas, por lo que las
reinvidicaciones trascienden las demandas salariales.
Por otro lado, como característica general, se muestra la crisis de una institución que tiene una demanda histórica. Las Policías Militares son cuerpos armados que se formaron desde la colonización portuguesa, dotados de capacidad de seguridad urbana y defensa territorial –base del “coronelismo”– y son la fortaleza de los gobernadores. Coexisten con otras fuerzas policiales, de nivel federal y civil (municipal), y dependen del presupuesto de los estados, y si bien son ejércitos no dependen del Ministerio de Defensa. Siempre mal pagos y dependiendo de las arcas estaduales, las Policías Militares reclaman mejoras salariales y reconocimiento institucional frente a las otras armas.
En ese sentido, si bien la matriz del conflicto pareciera ser siempre la misma –policías militares haciendo huelga en vísperas de Carnaval– lo cierto es que pone en cuestionamiento una estructura organizativa desprestigiada por su pasado. Actualmente existe un proyecto de igualación salarial a nivel nacional y un programa de coordinación federal, acciones que se orientan a darles un nuevo rol.
Por otro lado, como característica general, se muestra la crisis de una institución que tiene una demanda histórica. Las Policías Militares son cuerpos armados que se formaron desde la colonización portuguesa, dotados de capacidad de seguridad urbana y defensa territorial –base del “coronelismo”– y son la fortaleza de los gobernadores. Coexisten con otras fuerzas policiales, de nivel federal y civil (municipal), y dependen del presupuesto de los estados, y si bien son ejércitos no dependen del Ministerio de Defensa. Siempre mal pagos y dependiendo de las arcas estaduales, las Policías Militares reclaman mejoras salariales y reconocimiento institucional frente a las otras armas.
En ese sentido, si bien la matriz del conflicto pareciera ser siempre la misma –policías militares haciendo huelga en vísperas de Carnaval– lo cierto es que pone en cuestionamiento una estructura organizativa desprestigiada por su pasado. Actualmente existe un proyecto de igualación salarial a nivel nacional y un programa de coordinación federal, acciones que se orientan a darles un nuevo rol.
Comentarios