De la década perdida a los proyectos en marcha. Iniciativa



De la década perdida a los proyectos en marcha

Por Ricardo Romero*
El continente latinoamericano sufrió un doble proceso de desestructuración. Por un lado, con las dictadura en los sesenta, que intentaron aniquilar movimientos emancipatorios, la región se encuadró en un proceso de débiles repúblicas democráticas. En tanto que el impacto de la deuda, que la condenó a una década de pérdidas, se profundizó durante los noventa en un esquema de desigualdad plena.
Por otro lado, los cambios estructurales provocaron, a su vez, la desarticulación de los esquemas partidarios, generalmente bipartidistas, que centraban sus gobiernos en el poder de las clases dominantes. Lo cierto es que, poco a poco, los tableros políticos iban cambiando, y los colores de las fichas se modificaban o desparramaban.
Se modificaron en países donde la base institucional sobrevivió, pero llegaron al gobierno expresiones que resistieron toda la embestida de los setenta a los noventa, estos son los casos de Uruguay y Chile, o incluso Brasil, donde el PT es emergente de un proceso de cambio. En tanto que se desparramaron en países donde el juego partidario derivó en la eclosión de las organizaciones políticas, citando el caso de Venezuela, Bolivia o Ecuador, e incluso Perú, que si bien tuvo gobiernos por derecha está próximo a consagrar un presidente cercano a Evo o Chávez.
En el caso argentino, se lo podría ubicar en el segundo pelotón, porque luego del 2001, el esquema bipolar PJ – UCR cambió hacia construcciones complejas, que si bien pueden estar en esas referencias ideológicas están lejos de ser lo mismo.
A su vez, la región encuentra todo un cambio en la orientación interna como externa. De un continente que seguía los designios del mercado mundial, monitoreados por el FMI y el Banco Mundial, se pasó a una lógica integracionista y latinoamericanista, donde prevalece el accionar del Estado, como base de soberanía regional.
Esta autonomía comenzó en noviembre de 2005, cuando se le dijo “al carajo” al ALCA y se manifestó en su plenitud en la reunión de 24 hs en Buenos Aires de mandatarios que venían a sostener al gobierno de Correa, en 2010, donde se reafirmó la convicción de un americanismo sostenido en la democracia y voluntad de los pueblos.
Y pareciera ser que los países latinoamericanos reafirman su futuro, salvo Chile, donde ganó el conservador Piñera, o Colombia, con el aliciente que ahora Santos juega un papel progresista al lado de Uribe, los gobiernos del continente mantienen y reafirman coaliciones populares, dejando como resultado proyectos en plena ejecución, así, América Latina camina…
* Politólogo. Política Latinoamericana UBA.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Brasil: del FMI al Nuevo Banco de Desarrollo, del ajuste al desarrollo

Lula, por un Brasil sin odio: de la unidad política al consenso social