De las Asambleas a 678
De las Asambleas a 678
Ricardo Romero
Politólogo UBA/UNSAM
La irrupción de la gente con sus cacerolas en las calles generaron la caída del presidente De La Rúa y la posterior renuncia de Rodríguez Saá, uno por mantener a Cavallo y el otro a Grosso, pequeño olvido, para quien se dice nuevo en el peronismo federal. Lo cierto es que la ciudadanía exigía nuevos vientos en la política argentina.
Con la consigna: "Que se vayan todos", durante el verano de 2002, en las esquinas de los centros urbanos, especialmente la Ciudad de Buenos Aires, la vecindad se reunía para debatir nuevas formas organizativas, pero eran refractarios a las identidades partidarias, lo que dificultaba la construcción de una propuesta política.
De hecho, la fragmentación política contribuyó a ésta situación. En el 2003, ningún candidato superó más del 25%, y el escenario presentó a tres peronistas y tres radicales compitiendo. Desde la asunción de Néstor, de apoco se fue recomponiendo un proyecto de gobierno y sus contracaras opositoras, sin definirse aún un sistema de partidos, cuanto mucho una oposición heterogénea.
Lo interesante, es que las expresiones deliberativas barriales regresaron, esta vez de la mano de 678, un programa que se propone ser crítico a los mensajes tendenciosos de los medios de comunicación. Estos espacios, a diferencia de las Asambleas del 2001, construyen un marco propositito, donde recuperan la política y pueden llevar a delante sus acciones. Un cambio para celebrar.
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Ricardo Romero
Politólogo UBA/UNSAM
www.ricardoromeroweb.com.ar
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