Dilma de cara al Gobierno. Por Ricardo Romero


De cara al gobierno


Desde Porto Alegre
Lic. Ricardo Romero
Politólogo UBA/UNSAM
Miradas al Sur
http://www.politicabrasileña.com.ar/




Mientras todo se alista para consagrar a Dilma como próxima presidenta del Brasil, según marcan las encuestas que le dan entre 8 a 12 puntos de diferencia, es oportuno realizar algunas reflexiones sobre el proceso que la lleva al gobierno y sus desafíos.
Esta militante que tuvo su nacer político en el movimiento estudiantil de Porto Alegre, ciudad desde donde se escribe esta nota, durante las movilizaciones del 68 brasileño. Posteriormente, luego de formar parte de una organización armada, se enrolaría en las filas del PDT, el partido del legendario Brizola, por el cual ocuparía un lugar en el gabinete de Olivio Dutra en la coalición gobernación de Río Grande Do Sul en 1998-2002.
Su desempeño la llevaría a formar parte del gobierno de Lula, esta vez afiliada al PT. Luego de la crisis de la “mensualidad” (los sobornos en el parlamento), que generó el desplazamiento de Dirceu de la Casa Civil, Dilma se transformaría en una figura clave de la gestión de Lula.
Ese mismo proceso cambió la composición interna del PT, y los sectores de izquierda contrapusieron a Dilma como candidata frente a las propuestas del ala desarrollista del PT que apuntalaban a Marta Suplucy, o en su defecto a Tarso Genro, así se convierte en la candidata del PT para disputar la presidencia.
El desafío mayor que tuvo Dilma fue instalarse nacionalmente y lograr que Lula traslade su peso de adhesión popular a su candidatura. Objetivo que se cumplió en la primera vuelta, ya que obtuvo 47 millones de votos, algo similar a lo ocurrido con Lula en 2006.
Ahora le resta encarar el próximo reto, ganar el segundo turno, algo que está a horas de ocurrir. De ahí en más tendrá la responsabilidad de conducir los destinos de los brasileños.
En ese camino, tendrá que encarar temas que quedaron pendientes en el gobierno Lula, como la Reforma Política que en si mismo generó su instalación como candidata. A su vez, tendrá que consolidar el despliegue de transformaciones abiertas por las políticas sociales, como el programa Bolsa Familia, para fortalecer programas productivos sustentables en largo plazo. El PAC (Programa de Aceleración del Crecimiento) pareciese marcar ese rumbo.
A su vez, tendrá que dar sostenibilidad a la integración regional y consolidar la inserción internacional de Brasil en los mercados no tradicionales, como China, India y Rusia.
La tendencia económica parece favorable, a diferencia del comienzo de la gestión Lula, Dilma encara una fase de crecimiento potenciada por los recursos de la pre –salt (las nuevas reservas de PETROBRAS) lo que le permitirá continuar el sendero profundizando la distribución de ingresos. Todo indica que en el traspaso de la banda presidencial la estrella petista seguirá brillando.

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