Juvenilia en los claustros del CNBA. Por Ricardo Romero

Juvenilia en los claustros del CNBA

 

Ricardo Romero
Profesor Economía Política- CNBA
www.economiapoliticaweb.com.ar


En las últimas semanas, en el Colegio Nacional de Buenos Aires se puede presenciar en sus claustros un deambular de alumnos/as y profesores impartiendo clases autogestivamente, debido a la ausencia de las autoridades designadas por el rectorado luego de la remoción de su conducción. Algo que parecería irregular, no es más que expresión de la crisis del diseño de representación de la Universidad de Buenos Aires.

Este modelo surgido durante los años 80 ante la demanda de democratización, instaló un sistema de cogobierno que colocó en el claustro de profesores (concursados) casi el poder absoluto de la gestión de las unidades académicas. Luego de dos décadas, los cambios en el movimiento estudiantil y del claustro de graduados interpeló este esquema. De hecho durante 2006, la UBA estuvo más un semestre sin poder elegir su rector y varias unidades académicas aún tienen dificultades para votar sus autoridades, como recientemente en Arquitectura.

Como vemos, el CNBA no escapa a este proceso. La titularización de su cuerpo docente y la dinámica de su alumnado pudieron quebrar el sistema delegativo que significó la relación Shuberoff-Sanguinetti, y lograron colocar en el rectorado a una de sus representantes gremiales. Sin embargo, no alcanzaron consensuar una propuesta que pueda arribar al sistema de elección del cargo.

En este marco, si el rector Hallú quiere encontrar a su alter-ego en el CNBA, al no presentar ni hegemonía ni mayoría como el radicalismo en los ochenta, va a tener que generar un espacio donde todos los sectores estén representados para generar, dentro de sus facultades legales, una propuesta legitima y de consenso. Sólo esta mesa de transición podrá reencauzar al Colegio.  

Pero la tarea no se agota allí, es necesario generar una propuesta académica y pedagógica que recupere el rol histórico del CNBA. Estabilizar su cuerpo de profesores, fortalecer su formación académica, propiciar instancias de investigación y vinculación técnico-social, redefinir la carrera docente, mejorar las pautas pedagógicas, procedimientos participativos en la gestión; son algunos ejes sobre los que hay que trabajar.

Todo esto incluyendo al claustro estudiantil, no sólo por una reivindicación de Juvenilia, sino por la evidencia empírica que muestra su capacidad. Desde el examen de ingreso hasta los contenidos mismos de los programas que se imparten, se puede apreciar que las alumnas/os del CNBA pueden proponer, debatir, construir y decidir sobre temas de gestión académica y administración pública; solo una visión decimonónica puede verlos como menores, más si tenemos presente que el conductismo esta siendo reemplazado por una pedagogía constructivista, que los considera como sujetos de conocimiento. Después no le pidan que les googleen materiales…

En definitiva, para salir de este laberinto, resulta imprescindible evitar las puertas que conducen a pasillos cerrados. Es preciso buscar un escenario que nos haga salir por encima de los caminos facciosos. La propuesta debe defender el acervo académico, histórico y patrimonial del Colegio (recordemos que detrás hay un lobby inmobiliario que algunos atribuyen como detonante del conflicto). Además, para que el Colegio comience a tener su autonomía académica como las Facultades, necesariamente vamos a tener que mostrar capacidad política de generar un proyecto para el CNBA.

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