Alfredo Palacios. Aladid de la Justicia Social. Por Ricardo Romero


Alfredo Palacios.  Aladid de la Justicia Social

Ricardo Romero. Politólogo UBA/UNSAM

Red Socialista Alfredo Palacios

 


 


Hace 45 años, fallecía el diputado socialista Alfredo Palacios. Un hombre que siempre enfrentó a los poderosos que no reconocen los derechos del pueblo. Y si bien tuvo profundas diferencias con radicales y peronistas, tras la ruptura del Partido Socialista en 1958, impulsó la formación de un frente popular con expresiones del yrigoyenismo y el peronismo. Por eso, y por su incansable labor parlamentaria a favor de los pobres, es que la sociedad argentina lo reconoce como un adalid de la justicia social.

 Desde que un 13 de marzo de 1904 se convertía en el primer diputado socialista de América Latina, representó a esa concentración obrera de La Boca y Barracas, donde trabajaba con un cartel en su puerta que decía: "Abogado, se atiende gratis a los pobres". Su ingreso a la Cámara marcó una nueva dinámica en la República conservadora, que ahora tenía que debatir sobre el derecho de las mujeres, de los niños o de los trabajadores; tal como lo había formulado en su tesis rechazada en la Facultad de Derecho: "La Miseria".

Tras ser expulsado del Partido Socialista en 1915, presentaría su renuncia a la banca que ocupaba y se dedicaría a la labor universitaria, donde no sólo contribuyó al despliegue del movimiento reformista que consagró los principios de nuestra Universidad Pública, sino que profundizó su investigación en materia laboral, sistematizadas en La Fatiga y que terminaría impulsando un cambio legislativo desde su propuesta en el Nuevo Derecho, bases para su regreso al Parlamento, esta vez como Senador Socialista en 1931.

Además de ser un firme defensor de los derechos sociales, trabajó incansablemente en una visión latinoamericanista, desde su defensa del territorio, donde logró la sanción de obligatoriedad de incluir a las Islas Malvinas en los mapas, hasta su vinculación en la Unión Latinoamericana con los principales intelectuales de su época, como José Ingenieros, Manuel Ugarte, José Martí o Víctor Raúl Haya de la Torre; lo que le permitió estar pendiente de las grandes luchas sociales del continente, como la Revolución Cubana que marcó a fuego sus últimas acciones políticas, como Senador entre 1961 y 62, y como Diputado entre 1963 y 1965.

Su labor política y legislativa son valores que hoy siguen defendiendo nuevas generaciones y que este martes 20 de abril a las 19 hs., junto a Antonio Cartañá, Presidente de la Fundación Alfredo Palacios y Víctor Garcia Costa, uno de sus biógrafos, pretendemos evocar a este adalid en la casa donde vivió hasta su muerte, Charcas 4741. No se lo pueden perder.

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