Brasil: Año nuevo, gobierno nuevo. Miradas del Sur. Por Ricardo Romero

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Brasil: Año nuevo, gobierno nuevo

Año 3. Edición número 136. Domingo 26 de diciembre de 2010
La presidenta Rousseff asume el 1º de enero. (AP)

Otras notas

  • Pasadas las elecciones y ganadora Dilma Rousseff, es hora de bajarse del escenario y encarar el Brasil real. Hay mucho que hacer. Los datos siguientes son todos oficiales.
    Pese a los avances sociales del gobierno de Lula, según la Encuesta Nacional por Muestreo a Domicilio –Pnad 2009–, Ibge, divulgada el 8 de septiembre, el ingreso medio del brasileño, calculado en 650 dólares el año 2009, fue un 2,2% inferior al del 2008.

  • Realizar un análisis de la política brasileña no puede restringirse a ver las tendencias en las encuestas o los discursos políticos, por el contrario, debe comprender la formación histórico-social y delimitar la estructura política que se deriva de la misma.

  • Las inversiones en proyectos productivos suman 12.758 millones de pesos. Son el tercer rubro de la cartera. En los primeros seis meses del año el crecimiento acumulado fue de 9.242 millones de pesos.
    El Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES superó, en junio pasado, los $150.000 millones, tras una suba de 2,8% respecto de mayo y de 31% en comparación con el mismo período de 2009.
    Además, el FGS sigue aumentando los fondos destinados a financiar la economía real, ya que las inversiones en proyectos productivos suman $12.728 millones, lo que implica una suba de 3,4% desde mayo.

  • En los últimos diez días, la Presidenta Cristina Fernández tomó una serie de medidas que ratifican la dirección del Gobierno de profundizar sus políticas de seguridad social. El 24 de noviembre pasado, anunció el pago de una suma extra por única vez de 500 pesos para los jubilados que cobren hasta 1.500 pesos por mes.

  • A todas luces, el ascenso de Dilma Rousseff se trata de un triunfo más del actual presidente, que luego de ocho años de gobierno se retira con casi 80 por ciento de aprobación. El apoyo popular a Lula es sólido, sostenido en el tiempo, y atraviesa todos los sectores sociales. Oponerse a Lula, dicen amigos brasileños, es como poner en cuestión la ley de la gravedad. Su hegemonía es tan fuerte que un anuncio publicitario de su adversario Serra incluye la imagen de Lula. Desde una mirada de larga duración, habrá un antes y un después de sus ocho años al frente de Brasil.

  • "Es hora de que una mujer sea presidenta de Brasil”, dijo la candidata del Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff, quien continúa su cosecha de voluntades y, como la espuma, no deja de subir en las encuestas.

En una semana termina el mandato de Luiz Inácio Lula da Silva, el tornero mecánico que llegó a la presidencia de la mano del Partido dos Trabalhadores para cambiar Brasil. En el Foro Social Mundial de 2002, recién elegido, sostuvo que un gobierno de izquierda debe evaluarse a partir de los cambios que generó a favor de la sociedad. En ese sentido, podemos afirmar que Brasil cambió.
Al repasar algunos datos comparativos al país que dejó el ex jefe de Estado Fernando Henrique Cardoso, podemos ver que desde el 2002 al 2010 la generación de empleos pasó de cinco millones a catorce millones, con una fuerte suba de los salarios reales, donde el mínimo pasó de 111 a 291 dólares mensuales. Y este cambio se debió a fuertes políticas de empleo, con un incremento de la inversión que pasó de 6,9 a 35 mil millones de reales. Teniendo un impacto en la redistribución del ingreso, aumentando la participación de los asalariados del 31 al 35 por ciento del PBI y reduciendo el índice de desigualdad (Gini) del 0,596 al 0,561. Esto se refleja en la reducción de la pobreza, que pasó del 21,1 al 10,5 por ciento.
A su vez, en lo que refiere a derechos, en materia de salud se pasó de una inversión media de 22,47 a 57,47 mil millones de reales, ampliando la cobertura pública de 60 a 100 millones de habitantes. En tanto que en educación también hubo un aumento de inversión, que pasó de 12 a 44 mil millones de reales, especialmente en educación básica, que pasó de 5 a 13,7 por ciento. Teniendo a su vez un fuerte impacto en la educación superior, donde se creó quince nuevas universidades federales y 117 campus de enseñanza superior, aumentando así de 117 mil a 200 mil vacantes anuales, con un total de 700 mil becarios. En tanto que en derechos sociales, el Programa Bolsa Familia alcanza a 12,6 millones de familias. Propiciándose a su vez una reforma agraria, que amplió la cobertura de 11,4 a 67,73 millones de hectáreas aplicadas.
Pero los cambios no concluyen en enero, porque a partir de la participación ciudadana se generó un Programa de Aceleración del Crecimiento, que a través de 65 Conferencias Nacionales en los Consejos de Desarrollo, Seguridad Alimentaria, Juventud, Mujer, Afros, entre otros, permitieron la participación de unas cinco millones de personas que elaboraron políticas que seguramente la gestión de Dilma Rousseff les dará marco para seguir transformando el Brasil.

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